El 2010 publiqué el libro que fue prologado por el historiador Pablo Macera al que titulé: “Fin del Poder Arbitral de las Fuerzas Armadas y Establecimiento de Controles Democráticos”. El comentario de hoy viene a guisa porque el Comandante General de la PNP, Javier Gallardo venía desacatando las órdenes de su jefe político el Ministro del Interior, Avelino Guillén, quien se vio forzado a renunciar al cargo ya que el subordinado no le obedecía ni le hacía caso. Se entiende que esta postura del general, responde al respaldo que le brinda el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional, Pedro Castillo.
Como se puede apreciar, el general de la PNP ha restaurado de facto, el artículo 213 de la Constitución de 1933, que facultaba a las Fuerzas Armadas a intervenir en asuntos políticos y hacer cumplir la ley y la Constitución.
No hay caso que la Constitución vigente está siendo pisoteada ya que un general de las fuerzas del orden ha decidido por sí, retomar el poder arbitral que hasta 1933 las Constituciones desde 1823 les asignaba ese derecho.
Para ilustración de los congresistas actuales, hay que recordarles que el establecimiento de los controles democráticos en el país respondieron a dos factores, uno externo que se remonta a los años 70 del siglo pasado cuando el presidente Jimy Carter señaló que la base de su política exterior sería de ya no seguir reconociendo a dictaduras que afectaban el desarrollo de las democracias en Latinoamérica; el segundo factor, se dio a nivel nacional con la crisis política del año 2000, cuando las Fuerzas Armadas además de apoyar a la dictadura de Alberto Fujimori, también se ven involucradas en serios actos de corrupción. A partir de esa fecha la democracia peruana viene tratando de establecer controles democráticos sobre estas instituciones encargadas de la seguridad y los sistemas de inteligencia del país.
Todo indica que la democracia que hoy vive el país, está en un franco proceso de descomposición y retroceso, lo que es sumamente grave ya que eso explica con claridad el interés del Poder Ejecutivo y el Partido Libre, ambos de izquierda marxista, en influenciar en los ascensos en las Fuerzas Armadas y la PNP, los que en su oportunidad provocaron la renuncia de sus respectivos Comandantes Generales. El país está ingresando a una ruta sin retorno.
El Congreso debería de considerar que cuando el presidente anuncia que la “salida al mar de Bolivia será resuelto con una consulta al pueblo”, no solo se está llevando de encuentro tratados internacionales que son la base de las relaciones entre los Estados, sino que está exponiendo al país a una crisis innecesaria puesto que de los antecedentes observados en los seis meses que lleva en el cargo, la cercanía con el gobierno boliviano actual y el influyente expresidente Evo Morales, indica que priman los intereses de dicho país y no los intereses de todos los peruanos y de quienes dieron la vida por mantener la integridad del territorio nacional en 1879. Por eso resulta saludable que la Asociación de Oficiales Generales en retiro (ADOGEN) hayan expresado su protesta y condena ante tamaño desatino, por decir lo menos. Se hace necesario que los Colegios Profesionales y los peruanos de bien, rechacen y condenen los alegres ofrecimientos anunciados y la liberalidad con la que actúa un general de la PNP.
Bien dicho Jaime, ya tenemos demasiadas evidencias que este presidente no tiene ni la mas mínima idea de lo que es gobernar, menos que tiene una Constitución por delante. O es ineptitud o bien lo tienen todo planeado (destrozar al país para tener más pobres) Necesitamos el apoyo de toda la sociedad que cree en la Democracia y que cree en nuestra Soberanía, por un Peru cada vez más desarrollado, próspero y con bienestar efectivo para todos los peruanos. Abrazo y felicitaciones
Gracias Juan, nunca hemos llegado a tanta precariedad institucional e incompetencia en el gobierno.
Totalmente de acuerdo contigo Jaime, lo lamentable de todo esto es que el País se encuentra con una seguridad precaria y es poco probable, según como van las cosas, que este gobierno títere de otros intereses ajenos a los del Perú, pueda lograr algo. Es realmente indignante que en el lapso de seis meses se haya tenido que cambiar a tres ministros del interior y por lo mismo a los cuadros generales de la PNP.
Como van las cosas apreciado Armando, técnicamente ya somos un Estado Fallido; la dirección del gobierno está en manos de un titiritero, la institucionalidad formal no existe, el poder está en manos de delincuentes, la delincuencia campea en todo el país, la población empieza a realizar justicia con mano propia, y sería largo enumerar los indicadores de Estado Fallido que están presentes en el país. Que no se quiera aceptar, que el congreso forme parte de esa descomposición son muestras que estamos cayendo a un pozo que no tiene fondo. Por tanto, la crisis continuará y la descomposición de la institucionalidad será cosa de todos los días. Esto se tiene que parar y como dice el dicho popular a grandes males, grandes remedios que lamentablemente desde el congreso nunca llegarán.