La historia registra dos formas de hacerse del poder en el Perú, vía el voto popular y el golpe de Estado que por lo regular en el siglo XIX y en gran parte del XX tuvo un origen militar. Desde los años 60 la izquierda ha tratado de introducir otra modalidad de capturar el poder, a través de la violencia política expresada en lo que llamaron la lucha armada[1].
Los más recientes corresponden al accionar de Sendero Luminoso con Abimael Guzmán y al MRTA que durante los años 80 y 2000, destruyeron propiedades, secuestraron, cobraron cupos y asesinaron a campesinos y pobladores urbanos, en cuyo nombre decían luchar. Esa experiencia última, tiene una factura social de 70 mil peruanos muertos y millonarias pérdidas; y por supuesto los remanentes que derivaron en la práctica del narcotráfico, tanto en su producción como en la comercialización, principalmente al exterior, abasteciendo a los carteles de México y Colombia, entre otras bandas internacionales.
- El voto para capturar el poder
Una nueva modalidad de llegar al poder, fue recomendada por Fidel Castro en los años 90, para que la izquierda de Latinoamérica deje de lado la lucha armada y opte por llegar al poder vía en voto popular; es decir, utilizando los instrumentos de la sociedad burguesa que permanentemente cuestionan, son los casos de Venezuela con Hugo Chávez y su continuador Nicolás Maduro, así como el de Nicaragua con Daniel Ortega, que llevan más de 20 años en el poder. Han cambiado las constituciones, encarcelado a los opositores y han corroído a las instituciones responsables del orden interno y las fuerzas armadas, con las que tienen garantizado su permanencia y el control del orden interno, bajo un gobierno autoritario que ha generado, masivas migraciones forzadas a diversos países del continente. En estos casos la democracia y los derechos humanos son marginales y las demandas sociales no han sido resueltas.
- Penetración del sistema educativo
En el Perú, bajo la modalidad del voto popular y claro está con un trabajo a largo plazo del SUTEP, fundada en 1972 en el Cusco como sindicato único de docentes al servicio del Estado, se fueron preparando los cuadros de jóvenes que una vez llegada la edad de votar, tenían plena conciencia de como participar en los procesos electorales y elegir a los candidatos de la izquierda marxista. Cabe señalar que el SUTEP siempre ha estado influenciado por el grupo marxista, Patria Roja; la misma que ha devenido en el MOVADEF, encargada de infiltrase en organizaciones sindicales y creando el FENATE PERU y la Coordinadora Nacional Magisterial; con Pedro Castillo el FENATE adquirió reconocimiento legal.
- Triunfo electoral y la plataforma marxista
La elección de Pedro Castillo, entre otros factores, se debió al accionar del SUTEP que lleva 50 años de actividad proselitista en las aulas de clase, sobre todo en el interior del país donde el control de los planes curriculares es mínimo o simplemente no existe. El triunfo electoral de Pedro Castillo por una minoría de votos que superó a su oponente Keiko Fujimori, se hizo sobre un programa político diseñado y estructurado por el ex gobernador regional Vladimiro Cerrón. Cerrón responde a una formación política efectuada en Cuba y su visión se concretó a cambiar el país bajo la realización de acciones que hasta la fecha se repiten: cambio de la Constitución, cierre del congreso y cierre del Ministerio Público, la Defensoría del Pueblo y reorganización del Ministerio de Justicia.
- Gestión izquierdista orientada a la corrupción
En el año y siete meses que permaneció en el poder Pedro Castillo, no logró afiatar un conjunto de autoridades solventes para siquiera graficar los cambios que se proponía. Hizo todo lo contrario, nombró gabinetes de personas carentes de conocimientos mínimos del diseño de políticas públicas, prueba de ello son los 70 ministros que fue nombrando y cambiando en tan breve tiempo. En lo que sí acertó y funcionó muy bien fue en la designación de personajes dirigidos a efectuar negociados con el Estado a partir de obras públicas. En ese sentido el presupuesto público, fue hecho jirones y el enriquecimiento ilícito tuvo bandera de pirata insaciable, al extremo de escandaloso fue el saqueo que el Ministerio Público tiene presentado siete carpetas acusándolo de serios actos de corrupción en el que se encuentran involucrados familiares, paisanos y amigos que se prestaron a la captura de los presupuestos del Estado.
- Preparando el camino a la dictadura
Paralelamente, con sus dos últimos gabinetes conducido por Aníbal Torres y Betssy Chávez, los asuntos de Estado iban por la confrontación; durante la gestión de Torres se llevaron a cabo consejos de ministros en el interior del país y se hacía ofrecimientos de todo tipo, señalando que la capital impedía cumplir con los pobres del interior a lo que se sumaba la labor opositora del congreso. Esos consejos de ministros de grandes ofrecimientos a los campesinos y lugareños del interior, los mineros informales y los cultivadores de hojas de coca, debieron haber generado un gran cúmulo de expectativas como para considerar que Pedro Castillo era el único presidente que se preocupaba por ellos, a los que había que adicionar a las “rondas campesinas” de cada lugar como fuerzas que contribuirían a que se cumplan con los ofrecimientos, incluso llegar a ocupar Lima incluido el cierre del congreso. Betssy Chávez en su gestión de ministra y finalmente como Premier, alentó estás ideas y probablemente le hicieron creer a Castillo que estaban dadas las condiciones para decretar un golpe de Estado porque la población del interior, principalmente del sur, saldría violentamente a las calles para asegurar el inicio de una dictadura y la transformación de la sociedad.
- Lealtad de las fuerzas armadas
Lo que Castillo nunca imaginó, que las Fuerzas Armadas se comportarían leales a la población, la Constitución y la institucionalidad, entre otras razones porque combatieron al terrorismo y la subversión, y un gobierno de izquierda como el de Castillo, no podía ser expresión de prácticas democráticas que permanentemente cuestionan y mucho menos respetaran a las instituciones encargadas del orden público y la integridad del territorio. Además, porque durante los 20 años de terrorismo de Sendero Luminoso y el MRTA, muchos oficiales fueron enjuiciados y encarcelados, basados en testimonios de los informes de la Comisión de la Verdad. De modo que, el golpe de Estado del 7 de diciembre del 2022, trasmitido por televisión a nivel nacional y mundial, resultó un fiasco porque ningún grupo de los supuestos defensores de un gobierno marxista, acató la disposición y más bien fue detenido por la policía que lo custodiaba cuando se enrumbaba a refugiarse en la embajada de México.
- Esta izquierda es la negación de Mariátegui y Jorge del Prado
Este es el corolario de un grupo de izquierda marxista que llegó al poder vía el voto popular que recomendaba Fidel Castro y aplicado por Hugo Chávez, Daniel Ortega y Evo Morales, entre otros autoritarios de la región. Es también el fracaso de las versiones izquierdistas como el de Verónica Mendoza, que en ningún momento supieron manifestarse y establecer distancias de un grupo iniciado por Cerrón en Junín y continuado por Castillo, donde la cleptomanía puesta en práctica en la gestión real del poder, se convirtió en una degeneración vulgar de la política. Hay pues una gran distancia y diferencia entre la izquierda de Mariátegui y Jorge del Prado. La de hoy en el Perú, es una izquierda carroñera, pesetera, de apetitos de poder a los que suman Bermejo, Cerrón, Betssy Chávez, donde la violencia de las calles les es necesaria pero no es la partera de la historia sino el entierro de izquierdistas del siglo XXI, que solo buscan el beneficio personal.
- La naturaleza del paro
El paro indefinido que se iniciara el 4 de enero del año en curso, está respaldado por quienes ven frustradas las expectativas, principalmente en las regiones del sur del país, donde la izquierda tiene amplia influencia y donde el Estado no ha sabido llegar con efectividad. De esta situación olvidada también se ha aprovechado con una perspectiva geopolítica, el dirigente cocalero boliviano Evo Morales. Él, pretende, que la salida al mar de Bolivia tiene como única opción provocar el desmembramiento del sur peruano como primer paso y luego conformar una nación más amplia con la incorporación de Bolivia, Perú y Ecuador, bajo el argumento de la plurinacionalidad que desarrolló a través de RUNASUR. La influencia de Morales no es ocasional, ha llegado a compenetrar tanto en Puno y Cusco, que las autoridades de la Universidad Nacional del Altiplano de Puno, no solo lo han condecorado sino otorgado el grado de “Doctor Honoris Causa”; a este sometimiento de la influencia de Morales, se añaden algunos gobernadores regionales de la zona que promueven el separatismo del sur peruano.
- El cinismo de la lucha popular
En medio de este descalabro político, hay que hacer notar que el cinismo de estos izquierdistas peruanos y Latinoamericanos, no existe la voluntad de solucionar los problemas sociales que como ellos afirman vienen desde la fundación de la república liberal, sino que pretenden seguir manteniendo y ampliando la pobreza, porque les sirve de argumento para luchar en nombre de los pobres y como manifiesta cínicamente el presidente de Colombia Petro, “se trata de una estrategia dirigida a obtener el voto y llegar al poder, ya que si se les alivia o saca de la pobreza, pasan a la clase media, e inmediatamente se convierten en opositores y contrarios de los grupos de izquierda”.
No cabe duda que el Perú vive una experiencia, inédita de dirigentes izquierdistas cínicos y cleptómanos, aprovechadores de la pobreza como recurso para aglutinar a los pobres del campo y la ciudad, y buscar perpetuarse en el poder.
Lo que vemos en Puno, es el desarrollo de acciones violentas con el único fin de generar inseguridad, bloquear la posibilidad de desarrollo del país, que, a pesar de su esfuerzo destructivo, la economía crece, los pagos de impuestos se incrementan, demostrando que es vano todo intento violento de subvertir el orden del país. Por supuesto que lo que buscan con vehemencia es que se produzcan muertes para accionar a las comisiones nacionales e internacionales de defensa de los derechos humanos, en los que definitivamente, ellos no creen.
Queda claro, que la izquierda es un fracaso no solo en el Perú sino también lo es, en aquellos países a los que llegaron y se mantienen a sangre y fuego, de los que dan fe millones de venezolanos, nicaragüenses y cubanos que deambulan por muchas partes de Latinoamérica.
[1] Jaime Castro. Violencia Política y Subversión en el Perú: 1924-1965. 1992. Lima. Editorial San Marcos.