En la Incontrastable ciudad de Huancayo, el sábado 23 de enero, se reunió la izquierda radical encabezada por los gobernadores regionales exitosos en las últimas elecciones. Y como señalaron en el Manifiesto de Huancayo, la reunión tuvo como objetivo “dialogar y sentar las bases de un proyecto democrático, popular y ciudadano que ofrezca al país una alternativa política y una salida democrática y constituyente a la crisis actual”.
El manifiesto más parece una copia de los pronunciamientos que emite el Grupo Rebelión de España con relación a la crisis de Cataluña; ellos al referirse a la crisis de Cataluña indican que es un “proceso destituyente, que deviene en un proceso constituyente”. Coincidentemente con este lenguaje de los rebeldes de Cataluña, en el manifiesto de Huancayo se afirma: “Estamos en un proceso destituyente que debe dar paso a un proceso constituyente pues necesitamos cambios de fondo empezando por dotarnos de una nueva constitución”.
Al margen de estas cuestiones anecdóticas que tienen que ver con la originalidad de las propuestas hechas en Huancayo, varias son las conclusiones que se pueden obtener del variopinto cónclave marxista-chavista, expresión del Socialismo del Siglo XXI:
- La izquierda capitalina, ya no tiene espacio para seguir manipulando e imponiendo a los que deben integrar las diversas listas para las elecciones de 2021, al respecto el ex congresista César Barrera Bazán manifestó que ninguno de los actuales representantes de la izquierda pueden integrar las listas de candidatos a las elecciones próximas si se les encuentra evidencias de corrupción. Los gobernadores de Junín Vladimir Cerrón (36.8%), organizador y promotor de la reunión, Zenón Cueva, de Moquegua (41.9%) y Walter Aduviri de Puno (43.5%), quien estuvo representado por el secretario de la organización, constituyen la expresión de la izquierda triunfante en las elecciones de los gobernadores regionales de diciembre último. Con esta expresión de la voluntad popular en las regiones, le refregaron en la cara a Verónica Mendoza, su debilidad ya que solo logró un 18.7% de votación en las elecciones presidenciales de 2016.
- Por tanto, ha llegado la hora de los dirigentes izquierdistas provenientes del interior del país, quienes tienen su propia agenda y señalan que no están contra Lima sino contra el centralismo de sus líderes.
- Dos temas preocupan a la izquierda radical pensando en las elecciones del 2021: Redactar una Nueva Constitución y desarrollar una mayor presencia del Estado, haciendo que el Estado desplace al sector privado.
- Los gobernadores regionales de Puno, Tacna, Moquegua y Arequipa, plantearon que sus regiones harán las transacciones necesarias para que Bolivia instale gas en esas regiones. ¿Y el gobierno central? ¿Y la soberanía del Estado? No cabe duda que existe una peligrosa tolerancia a esta voluntad separatista de los radicales del sur.
- El gobernador Cerrón ha manifestado que en la región Junín, ellos se encargarán de diseñar el Plan Curricular del sistema educativo; por tanto el Estado está demás o está dibujado. ¿Puede un gobernador regional desafiar así al Estado? No debería pero lo hace.
- En cuento a la política internacional, continúan respaldando a Nicolás Maduro, porque es el modelo que el Perú necesita, dicen ellos.
Si los que gobiernan no quieren ver esta situación que brota con naturalidad de estas reuniones, entonces más temprano que tarde veremos en el Perú instalado por acción del voto popular a representantes del socialismo del siglo XXI. Sería un suicidio colectivo, no cabe duda.
