LA DEMOCRACIA PERUANA, ENTRE ESCILA Y CARIBDES

Dos importantes estudios de opinión sobre la percepción de la democracia peruana[1] y la democracia en Latinoamericana[2] nos indican que la situación que vive el país es sumamente crítica, donde la institución democrática no constituye un soporte de credibilidad para la ciudadanía que tiene depositada su confianza en las instituciones del Estado, sino que estas instituciones, realmente muestran una precariedad frente a las posibilidades de crear las condiciones de estabilidad económica y política que se requieren como condición mínima para ir por los caminos del desarrollo.

  • Situación Latinoamericana

 

De acuerdo al reporte del Latinobarómetro (2018) los 21 países considerados en el estudio de opinión, permiten establecer una suerte de tipologías de democracias en la región:

  1. Democracias en consolidación, que la conforman solo cinco países: Uruguay, Chile, Costa Rica, Jamaica y Argentina.
  2. Democracias imperfectas, donde se ubican nueve países: Brasil, El Salvador, Panamá, Bolivia, República Dominicana, Colombia, Perú, Paraguay y México.
  3. Democracias altamente imperfectas, que están representadas por Ecuador, Honduras y Guatemala.
  4. Las autocracias, donde se distingue dos tipos de democracia: la democracia moderada integrada por Nicaragua y las democracias de línea dura, conformadas por Venezuela y Cuba.

Concluye el Latinobarómetro en calificar a estas democracias de estar padeciendo los síntomas de una enfermedad llamada “diabetes democrática”, puesto que más del 52% de la ciudadanía Latinoamericana no ve en la actual práctica democrática la solución de los problemas políticos y económicos que aquejan a sus respectivos países y donde la ciudadanía resulta la más afectada. Otro aspecto a señalar, con la excepción de Cuba, es que todos son gobiernos elegidos por el voto ciudadano.

  • Situación peruana hoy

 

La figura de la mitología griega llamada Escila y Caribdes, nos dice que el país no solo vive una enfermedad diagnosticada de “diabetes democrática” sino que vive una situación tormentosa y peligrosa que la ubica como “democracia imperfecta”, puesto que nada garantiza que el país se torne estable y creíble en su accionar político y económico a pesar de la energía que le impregna el empresariado con sus inversiones. El torbellino que amenaza a uno y otro lado del barco resulta peligroso, no porque se avizore un “golpe de Estado” como se pretendió hacer creer a la población sino porque de acuerdo a las mediciones realizadas por CPI, la corrupción con el 44.7% y la delincuencia con el 34.0% constituyen el Escila y Caribdes que pueden llevar al país a situaciones calamitosas si a ello se añade la protesta popular azuzada por los sindicatos.

Ya en el país no existen prácticamente los partidos políticos, los que están representados en el congreso se encuentran en un desbande cotidiano que según los argumentos de los que se apartan, tratan de no ser involucrados en las figuras de corrupción que llenan los titulares de los diarios. Por esta razón, el 82.4% de la población encuestada señala que la situación política de nuestro país es crítica. A esto se suma la descalificación del Congreso por el 96.1% que la desaprueba como órgano legislativo; el 98.8% desaprueba al Poder Judicial; el 85.6% a la Fiscalía de la Nación; el 62.4% a la Policía Nacional y el 55.5% desaprueba a las Fuerzas Armadas. En buena cuenta, los actuales conductores de la institucionalidad política y los responsables del orden, se encuentran descalificados y no son garantía de una conducta política predecible.

  • Percepción de los posibles candidatos presidenciales

 

Si nos referimos al futuro mediato del país y las elecciones del 2021, la percepción sobre los personajes políticos es de rechazo por más del 50% de la población: el 93.3% rechaza a Alan García, a Kenyi Fujimori, lo rechaza el 88.9%, a Keiko Fujimori no la acepta el 88.7%; César Acuña es rechazado por el 79.2%; Antauro Humala es visto negativamente por el 78.3%, lo mismo ocurre con Gregorio Santos a quien el 68.2% lo rechaza; Verónica Mendoza es desaprobada por el 66.7% de la población nacional; el ex sacerdote Marco Arana es desaprobado por el 62.2%; mientras que a José “Pepe” Luna no lo acepta el 60.1%; a Alfredo Barnechea de Acción Popular el 55.5% de la población no lo aprueba, finalmente Julio Guzmán es desaprobado por el 51.7% de los encuestados en el área urbana y rural.

  • Las preguntas del referéndum

 

El futuro del país, por donde se le mire, se pinta incierto y en estas condiciones se llegó al 9 de diciembre, fecha de realización del referéndum. La respuesta de la población ha sido de rechazo total al congreso porque más del 80% aprobó la consulta efectuada y promovida por el Poder Ejecutivo; de modo que la población está de acuerdo con la reforma constitucional que prohíbe la reelección inmediata de los congresistas, principalmente de los actuales; aprueba la reforma constitucional sobre la conformación y funciones de la Junta Nacional de Justicia, que antes se denominó Consejo Nacional de la Magistratura (CNN), y fue la expresión de toda la podredumbre evidenciada por las malas autoridades judiciales; también la población urbano-rural aprobó otra reforma constitucional que regula el financiamiento de las organizaciones políticas, puesto que como se está descubriendo, los que llegan al gobierno del país suelen pagar con la concesión de contratos a quienes los financian; el rechazo a la bicameralidad por la población obedeció a que los actuales congresistas habían ideado la figura que les permitiera ser reelegidos: esa criollada no lo aceptó el pueblo

En estas condiciones de democracia imperfecta, liderazgos rechazados y reformas constitucionales aceptadas, el 2021, la población emitirá su voto pero aún no se ve quién o quiénes pueden representar la nueva y honesta sangre de autoridades que dirijan el país por un espacio de desarrollo creíble y predecible. Nuestra imperfección democrática es tan seria, que Martín Vizcarra es percibido, por un sector, como un dictador; si así son los dictadores, entonces Ortega en Nicaragua y Maduro en Venezuela,  constituyen una nueva tipología que no ha sabido recoger el Latinoabarómetro.

 

[1] CPI. Los siete primeros meses del gobierno del presidente Martín Vizcarra. Octubre 2018.

[2] Latinobarómetro. Informe 2018. Banco de datos en línea. www.latinobarómetro.org

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