CONGRESO ALIADO DEL SUTEP JUEGAN POR UNA EDUCACIÓN SIN CALIDAD

El Congreso de la República, aprobó el proyecto de ley que facilita el nombramiento automático de los profesores que se desempeñan actualmente en los colegios del Estado. La medida fue aprobada con 80 votos a favor, 28 votos en contra y 6 abstenciones. Esta aprobación contó con los votos de los grupos políticos: Perú Libre, Bloque Magisterial, Podemos Perú, Perú Bicentenario y Alianza para el Progreso.

Consideramos que la educación de la niñez y la juventud peruana, no pueda seguir siendo conducida por un sindicato que responde a una ideología contraria al Estado y contraría a la Constitución. El Sindicato Único de Trabajadores en la Educación del Perú (SUTEP) es una agrupación política que durante 50 años (1972) viene conduciendo al magisterio nacional dentro de una concepción clasista que responde a la ideología del Partido Comunista Patria Roja. Se trata de un sindicato que de acuerdo a sus estatutos: busca la construcción de la unidad sindical combativa para la defensa de los intereses del magisterio a partir del: Reconocimiento y práctica del principio universal de la lucha de clases, promoción de la alianza de clase con el movimiento campesino, práctica constante de la solidaridad de clase y del internacionalismo proletario e independencia y autonomía frente al Estado y los partidos políticos.

No cabe duda que los profesores tienen necesidades gremiales que requieren ser atendidas, así como el derecho a contar con un sindicato que represente y defienda esos intereses. A lo que no tiene derecho el SUTEP es a implantar en las aulas de clase, una visión de la sociedad y del Estado que desde las aulas tratan de destruir. Dicho de un modo muy simple: El Estado paga puntalmente a miles de profesores, los salarios de quienes desde las aulas preparan a una niñez y juventud que pronto se harán ciudadanos y que pronto tendrán que elegir a sus representantes al congreso o a las autoridades nacionales y regionales. Esta situación explica los resultados electorales de los últimos tiempos y las posiciones ideológicas que se aprecian en el sur del país, donde incluso se niegan a izar la bandera nacional.

El Congreso de la República no puede ser cómplice de seguir manteniendo a un sindicato que no responde al interés nacional, a un sindicato que no se da cuenta que el concepto de lucha de clases ya ha sido superado por los propios dirigentes comunistas de la China que hoy enfrenta a los Estados Unidos.

Si el sindicalismo magisterial, abogara y se comprometiera para que la educación del país, apueste por la ciencia y la tecnología aplicada, que es la única que nos sacará del marasmo en el que el país y sus autoridades de se encuentran, tengan la seguridad que tendrían el camino abierto para la atención de sus reclamos.

Lo que vemos en los cincuenta años de activismo político que desarrolla el SUTEP desde las aulas de clase, es una suerte de activismo impune y carente de control de las autoridades del Ministerio de Educación. Abundar en la lucha de clases es seguir sosteniendo que hay una relación explotado explotador, pero consideramos que no es el aula de clase ni el lugar ni el espacio donde esos temas sean expuestos por los profesores afiliados a una ideología que siembra más odio que integración.

Los países que han desarrollado en los últimos cuarenta años, son aquellos que han exigido a sus autoridades educativas y sus respectivos gobiernos desarrollar ciencia y tecnología desde las aulas para un país que posee todos los recursos minerales y biodiversos para convertirse en una potencia mundial.

El congreso, es un único organismo del Estado que está llamado a corregir esta situación de distorsión en la que está envuelto el SUTEP. En la semana que termina hemos apreciado cómo una adolescente explica una sesión de protesta contra la presidenta Dina Boluarte. Ese logro del SUTEP, es justamente la prueba que el congreso debe hacer suyo, para que, de una vez por todas, el sindicato clasista del magisterio deje de influir en la mente de millones de niños en todo el territorio nacional.

También hay que reconocer que la meritocracia es el único camino válido para que los que aspiran al ejercicio de la docencia pongan en práctica los conocimientos que el ciudadano necesita, que el país requiere ya que no hay otro camino para garantizar el desarrollo del país.

 

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